Ritual nocturno

En esa noche triste, sin luna y sin estrellas,
soñé que te soñaba, pero era yo el soñado.
En esa noche muda, sin viento entre los árboles,
sin niños que fabriquen corceles con su almohada,
tú eras el piel roja y yo era el rostro pálido.
En esa noche lúgubre, de lanzas que se clavan,
de danzas tan frenéticas que dan un vuelco al alma,
de negros que acribillan muñecas de vudú,
tú fuiste el hechicero y yo la víctima espantada.
En esa noche horrible, tan lejos de mi casa…



Ilustración: Camelia Davidescu

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