Heptasílabos para una despedida (Manzano)


Ayer murió el manzano
del huerto de Vecilla.
Aún está caliente
su tronco ennegrecido.
Si aplicas el oído,
te llega, como un eco,
su último suspiro.

Ayer murió el manzano
del huerto de la abuela.
A coro, las hermanas,
las hijas de la hija,
las hijas de María,
recuerdan con nostalgia,
sus tiempos de esplendor:
las flores blanco nieve,
la piel, verde doncella,
del fruto generoso,
su tacto y su sabor.

Ayer murió el manzano
del huerto de Vecilla.
Un pájaro de paso
se posa en la alta rama.
Un último homenaje,
un gesto y un adiós.


Fotografía: Janial

6 comentarios:

  1. Como siempre, delicioso el espíritu y la técnica poética del Maestro Lagarde. Como dicen por mi zona, que en parte es la suya, “no se tenía que morir nunca”.

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    1. ¡Hala! Gracias, Jesús. Veo que has podido entrar en el blog. Parece que hay problemas con algunos socios o seguidores pero no sé qué pueda ser.

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  2. Compañero¡ mañana nos veremos bajo la sombra esquelética del manzano.

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    1. A la sombra del manzano
      no nos veremos mañana
      Por ver si Alejandra acaba
      y quedamos sin cuidado
      de más notas y papeles,
      de matrículas y emplastos.
      Quizá la semana que viene
      nos veamos, si Dios quiere,
      a la sombra del manzano.

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  3. ¡Se me olvidaba¡ Ya que siempre que escribo suelo incluir alguna nota célebre, y ya que conozco al homenajeado en este poema, allá va:


    “Sus huellas sobre la tierra te enseñaran su historia, como si las vieras con tus propios ojos”

    Epitafio de Almanzor, según el historiador árabe Ibn ‘Idārī.

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